martes, 2 de marzo de 2010

De la serie Disertaciones

Abro el capítulo de disertaciones para contar poco a poco, sin hilar todo lo que me gustaría contar de golpe ahora mismo, porque si no, no sé ni por donde empezar y me bloqueo. Poco a poco, intentando ser más constante.

Disertación 1: el pluriempleo
Necesitaba más dinero. Era de coña que hubiera llegado tan lejos con el sueldo de Montezorra, había tenido suerte con las suplencias y había currado un montón de horas extras los meses pasados, pero este mes no tenía pinta de que alguien se fuera a coger vacaciones. Así que conseguí otro trabajo, compatible con el otro, y de recepcionista también (aissssssss) en un restaurante fino de Madrid. El trabajo no estaba mal, era ameno, y mis compañeros la mar de majos. Mi jefe, uruguayo y hostelero, tenía algo oscuro. No sé cómo explicarlo...







Y tenemos a mi jefe:

Puede estar 5 segundos seguidos pronunciando la "ele" de una palabra pensando que es el hombre más sexy del mundo. El quiere hacer dinero por encima de todas las cosas, le da igual sentar a 10 personas en una mesa en la que solo caben 4. Me dí cuenta el primer día, cuando nada más acabar de hacer la "prueba" (prueba = primera noche trabajada en el restaurante), y al pedirle yo los cuartos pa´ tabaco, el tío me dice que "no, llllllllllllllllllllas pruebas nunca llllllllllllllas pago, no te lllllllllllllllllo dije en lllllllllllllllllllllllla entrevista?". Hay que tragar mucha mierda para seguir emancipada. Iba a decir que por lo menos este no me trata como si fuera gilipollas, pero el hecho de que yo le haya trabajado gratis una noche... Ais.

El restaurante es nórdico, pero todos los empleados son argentinos. Los cocineros también.


Porque en todos los restaurantes caros piensan que si ponen la salsa por todo el plato y en zigzag no te vas a dar cuenta de que en el centro sólo hay una maldita hoja de lechuga.

Aissss los restaurantes caros. 

2 comentarios:

  1. heheheheh,me estoy imaginando a tu jefe como una especie de mauricio colmenero de la nouveau cuisine. aterrador!
    cristo

    ResponderEliminar
  2. Pero ponle acento uruguayo y cambia el bigote por una perilla de 1 centímetro de largo debajo del labio. Arrrrrrgggg

    ResponderEliminar